El imperio
de los incas fue una “agrupación de comunas agrícolas y sedentarios”, estuvo
integrado por un “pueblo laborioso, disciplinado y sencillo”, que vivía en un
ambiente de bienestar material donde “las subsistencias abundaban”, al tiempo
que la población crecía, “siendo la agricultura su principal actividad”, nos
dice José Carlos Mariategui. La base de la economía, por tanto, fue la
actividad agrícola. La agricultura se convirtió en una actividad intensiva por
que aumentaron las áreas de cultivo, y su cuidado, control y administración se
hicieron eficientes en todos los rincones de sus cuatro suyos. Para eso, se
dedicaron a construir innumerables sistemas de andenerías en las faldas de los
cerros. Se estima que la ampliación de las tierras cultivables, con los
andenes, aumentó en 2 millones de hectáreas. En total, según cálculos hechos
por Santiago Antúnez de Manolo, los incas lograron tener 7 millones de
hectáreas de tierras aptas para cultivos permanentes. Por tanto, los andenes
representaron el 28.57% de ese total.
Agricultura, arte, ciencia e industria
que se ocupa de la explotación de plantas y animales para el uso humano. En
sentido amplio, la agricultura incluye el cultivo del suelo, el desarrollo y
recogida de las cosechas.
TECNICAS
DE CONSERVACIÓN DE ALIMENTOS.- Hacían conservaciones de
alimentos mediante técnicas especiales. Se obtenía el chuño, quitándole el
contenido de agua a la papa, para ello, sometían a este tubérculo al frio y al
calor, alternativamente, hasta convertirlo en almidón. El charqui, conocido
también desde tiempos anteriores, fue generalizado en todo el imperio. Es la
carne seca de llama. De la costa, los pescadores abastecían a otros poblados
con pescado seco y salado.
DISTRIBUCIÓN DE LAS TIERRAS.- A cada
familia de los comunes o runas se le daba una determinada cantidad de tierras
para su manutención. Dicha familia vivía, básicamente de lo que le rendía esa
área cultivable. Para asegurarse de que ello se cumpla, los funcionarios del
gobierno inca, cada año (junio – agosto) visitaban las aldeas y las llactas y
evaluaban las necesidades de los hatún runas, para darles lo necesario en
tupus; una medida variable según la región.
A cada varón
le correspondía un tupu y a cada mujer medio tupu. Uno y otro variaban;
primero, según la actividad agropecuaria y, segundo, de acuerdo con el tipo de
suelo y cultivo. Por ejemplo, no era lo mismo el tupu para el criador de
vicuñas que para el criador de la llama. Por otro lado, para la familia
dedicada al pastoreo, el tupu era mayor que el de la familia dedicada a la agricultura.
Daban
“tierras para el sol” y “tierras para el inca”. Por supuesto, aquellas tierras
eran para la nobleza cusqueña. Además esas tierras entregadas al estado inca
eran las más productivas del imperio.
SISTEMA DE TRABAJO COLECTIVO.- En las
tierras del Estado (Inca y Sol), del curaca y de los comunes, se practicaba el
trabajo masificado y colectivo.
El Ayni y La Minca eran verdaderos
sistemas de reciprocidad agrícola. Eran el trabajo colectivo en las parcelas de
un Inca, de un Curaca o a favor de la comunidad o Ayllu. El Ayni era la ayuda
que se prestaba en la construcción de una vivienda familiar. Una Minca era la
participación de todos los miembros del Ayllu en la construcción de un puente,
la atención y bebida corría a cargo del Curaca y siempre un conjunto de músicos
amenizaba la tarea comunal.
LOS TAMBOS.- Los
tambos, construidos a lo largo de los caminos,
fueron denominados “posadas” por los
españoles del siglo XVI. Pease señala que es
posible que efectivamente los tambos hayan funcionado
como alojamiento de los viajeros, pero
la estructura de sus depósitos hace pensar
en varios usos distintos. Los cronistas mencionan
con mayor frecuencia su utilización como
alojamiento para los ejércitos del inca,
y para los numerosos cargadores que conformaban
su cortejo ritual. Los
tambos eran hosterías para los funcionarios
encargados de inspeccionar los
cultivos y obras estatales. Otras
fuentes señalan la existencia de tambos
destinados de forma especial para
servir de alojamiento al gobernante cuzqueño
cuando se encontraba recorriendo
el territorio del Tahuantinsuyo.
Los tambos cumplieron funciones de
alojamiento y almacenamiento en el Tahuantinsuyo. Fueron construidos a lo largo
del camino incaico y la calidad de sus depósitos asombró a los primeros
europeos que llegaron a los Andes.
LOS DEPÓSITOS.- Las
collcas (depósitos) se encontraban distribuidas a
lo largo de todo el territorio del Tahuantinsuyo. Consistían
en hileras de edificios de piedra techados con paja, algunos de ellos ubicados
en los cerros. Estos depósitos fueron construidos con la finalidad de almacenar
en ellos una considerable variedad de productos. En unos se guardaba alimentos,
en otros armas, adornos y herramientas, pero los más numerosos eran los que
contenían lana, algodón y ropa. La tradición oral le atribuye a Pachacuti la
organización de los depósitos. Su función en un primer momento habría sido
almacenar comida para los soldados que extendieron los dominios del
Tahuantinsuyo y para los pobladores que se encargaron de la reconstrucción del
Cuzco.
Las collcas eran depósitos de
almacenamiento en los que se conservaba diversos tipos de productos y bienes:
armas, vestidos, alimentos, entre otros.
LOS QUIPUS.- Los
quipus eran cuerdas anudadas de uno o varios colores
que servían para guardar información. Se
les identifica mayormente como un sistema de contabilidad,
aunque servían también como un recurso mnemotécnico
que permitía recordar hechos acontecidos.
Los quipus fueron conocidos por los cronistas,
quienes hablaron detenidamente de ellos y
emplearon la información que contenían, interpretada y
proporcionada por los quipucamayoc, especializados en
su manejo. El quipu consta de una cuerda principal
–sin nudos– de la cual se desprenden otras
generalmente anudadas
y de diversos colores, formas y tamaños. Puede
haber cuerdas sin nudos, como también cuerdas
que no se desprenden de la principal sino de
la secundaria. Los especialistas contemporáneos piensan
que los colores y quizás la forma de trenzado de
las cuerdas indican los objetos, mientras que los
nudos harían referencia a las cantidades, incluyendo el
número cero. Entre los quipus conocidos hay
una gran variedad de tamaño y complejidad, pues
van desde los muy simples hasta los que tienen más
de mil cuerdas (F. Pease). Los
quipus fueron utilizados por el estado inca para
una mejor organización de la producción, llevando el
registro de los pobladores de cada uno de los
grupos étnicos que entregaban
su fuerza de trabajo a través de la mita. También se
usaron para registrar lo
almacenado en las collcas, para
lo cual todo depósito tenía su
quipucamayoc residente.
El quipu brindaba información estadística y servía para recordar
determinados hechos históricos. Los especialistas consideran que los colores y
la forma del trenzado proporcionan información sobre los objetos, en tanto que
los nudos aluden a las cantidades.
II.- LA GANADERÍA.
Los camélidos andinos prestaban diversos
servicios al hombre. La llama y la alpaca, variedades domesticadas, eran
especialmente importantes en la economía andina. La llama era utilizada
preferentemente como animal de carga. Las caravanas estaban conformadas
principalmente por machos. Para los viajes más largos, como entre el Collao y
la costa, se prefería a machos “nuevos” de más o menos dos años de edad. La
recua viajaba desde el alba hasta el mediodía, deteniéndose en lugares con agua y pastos. El mantenimiento de los animales
no era difícil, dado que no se les proporcionaba otro forraje que los pastos
encontrados en la ruta. Los animales se alimentaban durante la tarde y rumiaban
por la noche, atados a una cuerda común.
Ganadería, cría de animales que
tiene como objeto obtener un aprovechamiento de los mismos. Es importante
diferenciarla de la cría de animales de compañía o de la de especies
amenazadas, por ejemplo, que no se corresponden con el concepto tradicional de
ganadería. Se habla de ganadería, normalmente, cuando los animales se
desarrollan en un estado de domesticación, siendo su aprovechamiento,
principalmente, el de la carne, la leche, el cuero, los huevos, entre otros
productos. La acuicultura puede identificarse como un tipo de ganadería
acuática.
III.- LA PESQUERÍA EN EL INCANATO.
Desde los primeros años de su evolución cultural, el hombre fijó su atención en
el mar. Primero en el aprovechamiento de sus riquezas alimentarias (“despensa
de primer orden”) y, segundo, en su utilización como vía de comunicación. Las
especies marinas más utilizadas fueron: moluscos, macha, choro, chanque, concha
de abanico, cangrejos, corvina, anchoveta, etc.
El pescado fresco era el plato preferido
en las principales festividades. Para alimentarse los asaban o los cocían. Pero
también los salaban y secaban para conservarlos, práctica que era común entre
los pescadores de la costa norte y central, y cuyo objetivo, en un buen
porcentaje, era intercambiarlos por productos andinos.
Pesca, término aplicado a las
actividades relacionadas con la captura de peces o mariscos con una finalidad
económica. La pesca es fundamentalmente marina, pero también se lleva a cabo en
los grandes lagos y ríos. Las pesquerías o caladeros más productivos se
extienden desde la costa hasta el borde de la plataforma continental, que se
sitúa a una distancia de tierra de unos 80 km de promedio. Estas aguas tienen
menos de 200 m
de profundidad pero, debido a las corrientes y temperaturas favorables y a la
abundante vida vegetal, albergan la mayor parte de los peces de los océanos.
Las pesquerías son especialmente productivas en zonas de corrientes emergentes,
donde suben a la superficie aguas profundas frías y ricas en nutrientes. La
captura de ballenas, moluscos y crustáceos y la recolección de algas como la
laminaria gigante también se consideran parte de la industria pesquera.
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