Durante
toda nuestra etapa como nación, la bandera o pabellón nacional ha estado en los
acontecimientos de nuestra historia. Es esta ocasión de relevante patriotismo,
estamos comprometidos a un merecido homenaje a uno de los más importantes
símbolos de nuestra patria.
Para
fortalecer el espíritu nacionalista debemos enaltecer el recuerdo de nuestros
héroes y conocer y respetar los símbolos de la patria. Todos los países del
mundo tienen sus propios símbolos patrios, que permiten a todos sus habitantes
sentir que son parte de ella. Los símbolos patrios encierran toda una historia
y un patrimonio cultural común, y también los valores e ideales que identifican
a un pueblo. Los símbolos patrios son entonces la forma de materializar la
identidad nacional que nos diferencia de las demás naciones.
En
nuestro país se instituyó el día de la Bandera por Decreto Supremo del 30 de
abril de 1924 y la fecha gloriosa del 7 de junio nos sirve para rendir homenaje
a la bandera, sagrado símbolo de nuestra patria que fuera creado por San Martin
ante la contemplación de una bandada de aves de nuestras costas en la bahía de
Paracas. La Bandera peruana ha estado, desde entonces, en todos los momentos
culminantes de nuestra historia y ha sido también el manto de gloria que ha
cubierto el cuerpo sacrificado de nuestros héroes y también es magna esta
fecha, porque nos recuerda el sublime gesto de Francisco Bolognesi en Arica y
del coronel Alfonso Ugarte para evitar que el sagrado pabellón nacional cayera en
manos del enemigo.
Por
Decreto Supremo del 8 de noviembre de 1905 se decretó el juramento de fidelidad
a la bandera que se realiza el 7 de junio en la plaza Bolognesi.
En
este día de jura de la bandera los conscriptos prometen fidelidad al símbolo de
la patria y se obligan a defenderla aún a costa de sus vidas, como lo hicieron
los 1,700 soldados peruanos al mando del Coronel Bolognesi defendían el Morro
de Arica, contra fuerzas muy superiores en combatientes y armamento. Todos los
jefes, oficiales y tropa estaban decididos a dar su vida en defensa de la
patria y así lo pusieron en práctica cuando el parlamentario chileno, mayor
Juan de la Cruz Salvo, pidió la rendición de la plaza.
Como
jefe de la plaza contestó le: “Decid a vuestro jefe, que Arica no se rinde y
que tengo deberes sagrados que cumplir y los cumpliré hasta quemar “el último
cartucho”.
Defendiendo
el Morro de Arica en esta lucha se inmolaron: Alfonso Ugarte, Aguirre, Ferre,
Moore, Rodríguez, Palacios y los oficiales Espinar, Zavala, Inclán, etc.
También
estuvo el argentino Roque Sáenz Peña, quien tuvo la misión de mirar el Morro
para que en el momento dado volaran defensores e invasores.
Los
hechos heroicos de la guerra de 1879 como la de San Francisco, Arica, San Juan,
Miraflores, Huamachuco, demostraron el civismo, ya que ellos fueron los
redentores del heroísmo, mientras Arica el calvario.
El
coronel Bolognesi héroe de Arica, nos ha dejado el camino que debemos seguir
para salvar el honor de nuestra patria, entregando nuestra vida en valor indesmayable.
La
primera bandera fue creada por San Martin el 21 de octubre de 1820 en Pisco, y
era rectangular y dividida por líneas diagonales en cuatro campos: blancos al
superior y el inferior de color rojo invernando los laterales. Esta bandera fue
vista en Lima por primera vez, izada en el cerro San Cristóbal por algún
patriota anónimo, al amanecer del 11 de julio de 1821 en la ceremonia de la
proclamación de la independencia. Sin embargo, por ser de difícil confección
debió ser modificada el supremo delegado Márquez de Torre Tagle, decretó el 15
de marzo de 1822 una nueva bandera compuesta de una sola franja transversal
blanca entre dos encarnadas (rojas) de la misma anchura y con un sol también
encarnada en la franja blanca y más tarde se estableció que las franjas serían
verticales. Este diseño tuvieron nuestras banderas en los campos de batalla de
Junín y Ayacucho y fue ratificada por Ley del 25 de febrero de 1825 junto con
nuestra actual Escudo y el Himno Nacional y de acuerdo al artículo 49° de nuestra
Constitución Política.