El periodo comprendido entre 1899 hasta 1919 fue designado por el historiador Jorge Basadre como la “República Aristocrática” para designar el tiempo en que un reducido grupo social (oligarquía) controlaba los destinos del país. La República Aristocrática también es conocida como el segundo civilismo por coincidir con la hegemonía política del Partido Civilista sobre las tendencias más bien de carácter demócrata (pierolismo).
• Se denomina periodo de la República Aristocrática, a una etapa coyuntural de 20 años, en la cual la fuerza política fueron los Civilistas.
• La República Aristocrática fue un régimen de formalismo legal y estancamiento social; las fuerzas conservadoras dominantes ejercieron el poder bajo el marco de un Estado aparentemente democrático, con libertad de prensa, con oposición y división y cumplimiento formal de la Constitución.
• Fue un gobierno aristocrático y elitista alejado de las masas populares dejando marginados y postergados.
• Durante este periodo de 20 años hubo constantes luchas por parte de las masas indígenas, obreros, artesanos contra el régimen aristocrático, con huelgas, paros, protestas y rebeliones.
• La República Aristocrática fue un régimen para los poderosos y los aristócratas, para los selectos y los miembros de la élite, el pueblo fue dejado al margen, pese a las protestas.
Los gobernantes durante La República Aristocrática fueron:
Gobierno de Eduardo López De Romaña (1899-1903). Inició la administración civilista. Eduardo López de Romaña llegó al poder con el apoyo de la Coalición Nacional. Los dos partidos históricos – el demócrata y el civil – compartieron el poder. Carlos de Piérola, hermano del caudillo fue presidente de la Cámara de Diputados. En el senado lo fue Manuel Candamo, líder civilista.
Durante su gobierno, López Romaña:
Consolidó el sistema del Patrón de Oro;
Con Bolivia firmó el tratado Osma-Villazón.
Continuó el desarrollo de la agricultura, la minería y la industria.
Reorganizó la escuela de agricultura.
Promulgó el Código de Minería (1901), el nuevo código de comercio (1902) y el código de aguas (1902). Además se creó una nueva compañía para la recaudación de las rentas del Estado.
Rompió las relaciones diplomáticas con Chile en 1901. Estas fueron restablecidas en 1905 durante el gobierno de Pardo.
López de Romaña gobernó hasta el 8 de setiembre de 1903. En las elecciones de ese año, el Partido Civil unido con el Constitucional lanzó la candidatura de Manuel Candamo.
Gobierno interino de Manuel Candamo – Calderón (1903-1904). La elección de Candamo abrió una nueva posibilidad de conciliación. Candamo fue el primer gobernante civilista. El presidente Candamo enfermó de gravedad. Para restablecerse, viajó a Arequipa. Asumió el mando Serapio Calderón segundo vicepresidente, el primer vicepresidente, Lino Alarco, había fallecido. Candamo no se recuperó y murió el 7 de mayo de 1904.
Serapio Calderón convocó inmediatamente a elecciones en la que salió elegido José Pardo y Barreda.
Gobierno de José Pardo y Barreda (1904-1908). Fue hijo del primer presidente civil del Perú. Trató de organizar el Estado mediante leyes tales como el código de comercio; creó la Caja de Depósitos y Consignaciones y se comprometió, bajo sugerencia de su ministro Augusto B. Leguía, la deuda externa para financiar presupuestos cada vez mayores. En 1905 decretó la gratuidad de la educación primaria, creó la Escuela de Artes y Oficios, la Escuela Normal de Varones y el Instituto Histórico. Mientras tanto, aumentaban los reclamos de los obreros y entre 1904 y 1907 se sucedió en el Callao una serie de huelgas.
Al finalizar el gobierno de Pardo, el partido civil unido al constitucional, lanzaron como candidato a Augusto B. Leguía, quien había sido Primer Ministro y Ministro de Hacienda a lo largo de todo el periodo.
Gobierno de Augusto B. Leguía (1908-1912). Leguía intentó acercarse a los demócratas dando una ley de amnistía; pero, la respuesta que obtuvo fue un intento de golpe de los pierolistas que fracasó debido a la negativa de Leguía de renunciar; el acto del no firmo fue conocido como el “día del carácter”. De esta manera, ordenó la persecución de los demócratas. Con Leguía se creó la Compañía Administradora del Guano. Se dictaron el código de aguas y el de procedimientos civiles. En 1909 se creó la Asociación Pro-Indígena. Pero, también fue durante su gobierno que se produjo la huelga general en Lima en 1911 y en el valle de Chicama en 1912. Se contrató una nueva misión al mando del general Juan Calmelí, para la mejor preparación de las fuerzas armadas.
Leguía inició su mandato con el apoyo de la alianza civil-constitucional; pero, sin identificarse plenamente con ellos.
El 17 de setiembre de 1909 Perú y Bolivia firmaron en La Paz los tratados de límites, tratado definitivo Polo – Sánchez Bustamante.
Con el Brasil se firmó el tratado Velarde – Rio Branco en 1909, que puso término al conflicto limítrofe entre ambos países.
Las elecciones de 1912 fracasaron. Los partidarios de Billinghurst solicitaron la anulación de los comicios, que en Lima habían sido impedidos por una revuelta popular. El Congreso declaró que no había llegado a sufragar un tercio de ciudadanos hábiles. El problema electoral se trasladó al Congreso, que eligió presidente a Billinghurst. El oficialismo obtuvo en compensación la elección de Roberto Leguía como primer vicepresidente.
Gobierno de Guillermo Billinghurst (1912-1914). El gobierno de Billinghurst fue de carácter popular buscando convertir el Estado en algo menos oligárquico y más nacional. A diferencia de los anteriores presidentes, Billinghurst quiso continuar las obras en ejecución y dar prioridad a los problemas sociales. Abrió la lucha contra la desocupación, inició la construcción de casas para obreros, mejoró puentes, amplió algunas irrigaciones y realizó una reforma en los Institutos Armados. En lo económico, propuso el control del presupuesto y manejo honrado de los gastos e ingresos.
El 3 de febrero de 1914 Billinghurst destituyó al coronel Oscar R. Benavides de su cargo de jefe de estado mayor del ejército, lo cual sirvió para precipitar los acontecimientos.
El 4 de febrero, la guarnición de Lima, a órdenes del mismo coronel Benavides, atacó Palacio de gobierno, aprehendió al presidente de la República. Billinghurst fue expatriado a Iquique donde murió poco tiempo después.
Se formó una Junta de Gobierno presidida por el coronel Benavides y compuesta por representantes de los partidos políticos. La república aristocrática se vio interrumpida.
Gobierno interino militar Oscar R. Benavides (1914-1915). Ejerció el mando supremo, poco más de un año: del 4 de febrero de 1914 al 18 de agosto de 1915. A lo largo de su breve administración enfrentó el problema monetario y el retorno al orden constitucional. Benavides tuvo que afrontar algunos problemas serios desde el inicio de su gestión, Manuel Gonzales Prada renunció a la dirección de la Biblioteca Nacional en protesta por el golpe de Estado y público La Lucha, periódico opositor. Algunos oficiales del ejército se sublevaron. El gobierno de Benavides se defendió ejerciendo una férrea represión contra sus opositores a través encarcelamientos y destierros.
En 1914 Benavides convocó a una convención de partidos para elegir Presidente y volver a la constitucionalidad, en la que intervinieron delegados de las más destacadas agrupaciones políticas como: civilistas, constitucionales y liberales.
Se convocó a las elecciones, en la que, salió elegido Pardo con 150 mil votos aproximadamente, de esta manera Benavides había cumplido su palabra de restablecer la Constitución.
Segundo Gobierno de José Pardo y Barreda (1915-1919). Coincidió casi plenamente con la Primera Guerra Mundial. Alguno de sus efectos fueron el aumento del precio de los productos de exportación y el crecimiento de las exportaciones en un 300%. Sin embargo, esto benefició sólo a la oligarquía que monopolizaba los ingresos, ya que el fisco seguía mostrando considerables déficits. Por este motivo se tuvieron que crear nuevos impuestos y aumentar las tasas de los que ya existían.
Fue una época de grandes agitaciones sociales, con huelgas de los obreros textiles, panaderos, tranviarios. Hubo hasta dos paros nacionales convocados contra el alza de los precios. El 15 de enero de 1919 el gobierno tuvo que aceptar a nivel nacional el establecimiento de la jornada laboral de ocho horas y la ley de trabajo de mujeres y niños.
Entre 1915 y 1919 el país se modernizó a paso acelerado:
Se construyeron las primeras carreteras.
Apareció y proliferó el automóvil.
Se complementaron los ferrocarriles.
Lima creció, al igual que los balnearios.
Se continuó la construcción del local del Palacio Legislativo.
Comenzaron las obras del Ministerio de Gobierno en la plaza Italia y del Palacio Arzobispal.
Se construyeron las avenidas Pardo, Mirabar, Bellavista, Santa Beatriz y del Ejército.
El segundo gobierno de José Pardo señala el final de la República Aristocrática. El 9 de febrero de 1919, Leguía regresó a Lima. Una importante manifestación pública lo recibió. Fue el candidato del anticivilismo. Los escrutinios, finalmente, lo favorecieron pero Leguía no esperó el final de los cómputos. El 4 de julio de 1919 protagonizó el golpe de estado y desalojó de palacio al presidente Pardo.
Es el periodo en el que predomina una oligarquía agro exportadora, financiera y civilista, que ejerció un dominio completo en la sociedad peruana mediante el accionar de un Estado oligárquico liberal; pero represor y excluyente de las grandes mayorías.
ECONOMÍA Y SOCIEDAD.
El Perú durante la República Aristocrática es un país eminentemente agrícola y desarticulado por la presencia de la haciendas controladas por terratenientes que presentan claramente rasgos feudales, ya que estos mantienen el dominio bajo la forma de gamonalismo señorial. Estas características van a sufrir ciertos cambios con la presencia del capital financiero.
Por ejemplo la costa norte sufre transformaciones en las relaciones de trabajo debido a la presencia de la burguesía agro exportadora que establece el trabajo asalariado mediante el “enganche”, que después procederá apropiarse de las tierras de los campesinos. Estas medidas también perjudicaron a los minifundios costeños.
En la sierra central (Cerro de Pasco) se produjo la inversión de grandes capitales en la actividad minera, “enganchando” también a los campesinos de las comunidades con la previa expropiación de sus tierras; además se incentivó la producción lanera, textil y de alimentos que muchas veces se vendía a las empresas mineras para la reventa a los indígenas para su abastecimiento.
Ciertos cambios económicos sociales se desarrollaron a partir de los “enclaves”, es decir de las empresas que funcionaban con capital extranjero y se dedicaban a extraer materias primas de un territorio en el cual tenían plena autonomía. Existían dos tipos de “enclaves”:
1. “Enclaves” agrarios: ubicados principalmente en la costa norte, dedicados a cultivar algodón y caña de azúcar que luego eran exportados. Aquí destaca el capital inglés (Grace), alemán (Gildemeister), etc., quienes eran los más grandes latifundios del norte, llamados los Barones del Azúcar. También encontramos a grandes hacendados peruanos como los Aspíllaga, Manuel Candamo; y en el sur, a López de Romaña, en el valle de tambo (Arequipa).
2. “Enclaves” mineros: ubicados principalmente en la sierra central (Cerro de Pasco), donde predominaba el capital norteamericano.
Durante toda la República Aristocrática nuestra economía era dominada por el capital inglés; pero el capital norteamericano, desplazó al capital inglés, después de la Primera Guerra Mundial siendo su punto de lanza la minería de cobre. En el sector urbano, en especial Lima, también se produjeron cambios en la estructura económica social con la penetración capitalista. A principios del siglo XX, en esta ciudad existían cierta producción artesanal: vestido, calzado, muebles, etc., dirigido por pequeños propietarios (artesanos) que explotaban a los trabajadores (operarios) y se agrupaban en gremios. Ante la presencia de fábricas con tecnología de vanguardia y con grandes capitales (Vitarte Duncan Fox, D’Onofrio, Field, etc.) y ante el comercio de importación, los artesanos van a quebrar económicamente puesto que es dura la competencia con las mercancías hechas en fabricas.
Gran parte de estos artesanos se convirtieron en proletarios (obreros) de los nuevos centros fabriles, como estibadores de los puertos ó en mejor de los casos en pequeños comerciantes. Surge así en las ciudades una clase proletaria que por su origen (artesanos) principalmente van a tomar como bandera de lucha el anarco sindicalismo. El eje de toda esta estructura económico-social que se va formando es, por supuesto, la fuerza de trabajo, que consigue y explota de diferentes maneras:
A. EL “ENGANCHE”. Mecanismo mediante el cual se disponía de la fuerza de trabajo de una persona con un salario adelantado. El “Enganche” se efectuaba entre el capitalista, el “enganchador” o contratista (proveedor de la mano de obra “enganchada” al capitalista) y los trabajadores que eran en su mayoría campesinos que nunca habían tenido tierras o habían sido despojados de sus tierras. El contrato se cerraba con el pago de un salario adelantado al trabajador (contrato de enganche). Cuando éste entraba a la empresa minera o agrícola contraía fuertes deudas que lo obligaban a continuar trabajando en la empresa hasta cancelarlas, lo que prolongaba el tiempo. El “enganche” se desarrolló agresivamente en la sierra central (región minera) y en la costa norte (región azucarera y algodonera).
B. EL “YANACONAJE”. Forma de trabajo servil típica de la colonia que permaneció vigente aún en la República Aristocrática. Consistía en el trabajo en las tierras de un hacendado, efectuada por los campesinos a cambio del derecho al mañay o parcela campesina. El dueño de la hacienda no siempre ejercía su administración ya que éste se encontraba, comúnmente, en la ciudad. El mayordomo o capataz era quien ejercía haciendo suyo el control brutal sobre los trabajadores campesinos para beneficio del hacendado. El “yanaconaje” va a persistir en especial en la sierra sur.
C. LA “CORRERÍA”. Sistema brutal e inhumano que realizaban los expedicionarios caucheros para conseguir trabajadores. Consistía en la persecución de las tribus amazónico para capturar a los habitantes y someterlos a la explotación cauchera sin ninguna retribución. Esta forma de trabajo se parece mucho a la explotación esclavista, por su salvajismo y afán de lucro inmediato.
“Las relaciones sociales de producción de la economía cauchera fueron semiesclavistas, lo que determinó el surgimiento de algunas modalidades de lucho de los trabajadores: las fugas de los centros de producción, el incumplimiento de los contratos, la morosidad en el pago de las deudas, y los motines a veces violentos, fueron las manifestaciones más importantes…”
D. LA “HABILITACIÓN”. Fue otra forma de explotación de nativos en la Amazonía (Iquitos); consistía en adelantarle una miseria al trabajador para recabar caucho. Estas dos últimas formas de explotación de mano de obra, fue practicada mayormente en la amazonia por F. Fiztcarrald, el rey de caucho, quien introdujo la “habilitación”.
EL MOVIMIENTO OBRERO.
La historia de las organizaciones obreras en el Perú tiene sus antecedentes en el gremialismo (gremios) y mutualismo (sociedades de auxilios mutuos), pues corresponden a las formas pre capitalistas de la producción. Los gremios en cierta forma no permitían la libertad de trabajo ni la competencia y, las sociedades de auxilios mutuos se ocupaban sólo de atender a los trabajadores asociados en caso de enfermedad o muerte, despreocupándose totalmente de los riesgos propios del sistema capitalista.
En 1886 se formó el primer sindicato de panaderos “Estrella del Perú”, bajo inspiración mutualista y anarcosindicalista. Las condiciones de trabajo del obrero eran muy duras. En realidad, el obrero sufría más debido al escaso desarrollo del capitalismo. Es decir, el capitalismo incipiente en el Perú resultaba mucho más explotador. El trabajador labora durante jornadas que se prolongaban de 10 a 16 horas por salarios misérrimos que no llegaban a cubrir las necesidades básicas de los obreros y sus familias. No existía una seguridad por accidentes laborales ni leyes que defendiesen al trabajador de la prepotencia de los empleadores.
El 9 de agosto de 1886 se realizó el Primer Congreso Provincial Obrero, que constituyó la primera central obrera del Perú. Ese mismo año se produjo una huelga de gran impacto en la Fabrica de Tejidos Vitarte. En 1901 se inauguró el Primer Congreso Nacional Obrero. Entre las primeras acciones de protesta obrera destacan las huelgas en el Callao (1894), en Vitarte (1894) y en Chicama (1912). En 1912 y 1913 se dio la lucha por la jornada de ocho horas en el Callao; en 1918 y 1919 se produjo la lucha por la jornada de ocho horas en Lima y otros centros industriales, mineros y plantaciones del Perú.
A MANERA DE CONCLUSIÓN.
El periodo comprendido entre 1895 y 1919 estuvo marcado por el predominio de un peculiar consenso político que permitió una prolongada estabilidad política y cierto desarrollo económico. Este periodo recibió la denominación de República Aristocrática, por el historiador peruano Jorge Basadre, debido a su estabilidad y carácter oligárquico, que presentó distintas perspectivas:
Económica: se pueden identificar tres grupos en su interior: uno basado en la economía del azúcar en la costa, otro en la minería y el latifundismo de la sierra central, y un tercero basado en el comercio lanero del sur. A esto habría que añadir los hombres de negocios y banqueros vinculados con el capital extranjero.
Social: era un mundo reducido de familias que practicaban matrimonios al interior de su mismo grupo, con sus intereses centrados en la costa. A la cabeza se encontraban un círculo conocido como los 24 amigos, que se veían de forma regular en el Club Nacional para discutir los asuntos nacionales.
Política: estaban agrupados en torno al Partido Civil. Carecieron de un proyecto nacional de país y actuaron movidos, sobre todo, por una mentalidad aristocrática y rentista, aliada en la sierra con los poderes regionales de los gamonales y con capitales extranjeros.
La oligarquía vivía con los ojos puestos en Europa, influenciada por la Belle Époque. Defendían el rol de una élite aristocrática y paternalista. En contraste, conocían poco del país, salvo por las visitas ocasionales a sus propiedades. Asimismo, poseían una idea marcada de diferenciación social con respecto a los indígenas y sectores populares.
GRACIAS POR LA INFORMACIÓN ME SIRVIÓ BASTANTE!!
ResponderEliminarGRACIAS POR LA INFORMACIÓN ME SIRVIÓ BASTANTE!!
ResponderEliminarMUCHAS GRACIAS POR LA INFORMACION BASES FUNDAMENALES DE CONOCIMIENTO
ResponderEliminarMuchas gracias :D
ResponderEliminarMuchas gracias :D
ResponderEliminarMuy buena información
ResponderEliminarSlds!!!
tontos
ResponderEliminarGracias buenísimo
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ResponderEliminarsuper ....................gracias
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ResponderEliminarmuchas gracias
ResponderEliminar:)
muy buena información-- bien organizado
ResponderEliminarMuy bueno ,me ayudo mucho
ResponderEliminarcomo q no me convenció
ResponderEliminarDeseo datos sobre la historia de la Hacienda Patapo desde 1951hasta 1972
ResponderEliminarmuchas gracias por la información.
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